-Tsubaki, mira...
-¿Qué sucede?
-El chico de allá no para de observarte
-No digas tonterías Lili, mejor apurémonos
Lo admito me pongo muy nerviosa cuando se trata de hombres, aunque sólo me hallan tocado idiotas hasta ahora, no significa que no valla a encontrar al indicado.
Empezamos a subir por unas escaleras realmente grandes, jamás en la vida había visto tantas escaleras, bueno tal vez en la biblioteca; pero algo si era seguro, las de la biblioteca estaban apoyadas a la pared y estas no; las escaleras se alzaban desde el centro del salón en un espiral ascendente hacia el techo del edificio y a la cuales me era imposible de ver el final.
-Oh vamos, creí que habrían más escaleras
Casi me da un infarto al oír a Lili decir eso, estaba claro que algo andaba mal con su vista, cómo se atrecía a decir aquello teniendo en frente aquel monumental montón de escaleras.
-Sabes Tsubaki, me contaron que estas escaleras tienen un encantamiento, y sólo aquellos que poseen el don de hacer magia pueden verla completa
Eso era algo que no esperaba, me estaba diciendo que yo sí tenía el don de hacer magia.
-¿Lili, tú puedes verlas?
-No, sólo veo la mitad de ellas, ¿y tú?
-Yo sí, y son enormes, ni siquiera logro verles el final
Lili simplemente me observó atónita a lo que acaba de decir y luego añadió:
-Sabías que las únicas personas que las han descrito de esa manera son los cuatro grandes magos
-No, no lo sabía
Y era cierto, no tenía idea de nada que tuviera que ver con magia.
-Dime Lili, vas a entrar conmigo, ¿cierto?, sólo vine porque tú etarías conmigo tomando el curso
-No lo sé Tsubaki, me costará más trabajo que a tí
-Por favor Lili lo prometiste; si tu no entras conmigo al curso entonces yo tampoco lo tomaré
Y claro que no lo haría ya que no importaba en lo más mínimo la magia, almenos no como a Lili.
martes, 20 de septiembre de 2011
memorias perdidas part 2
-Tsubaki, Lili está aquí.
Todos los días iba con Lili a "la escuela", así era como nuestros ancestros la llamaban. Era un lugar donde te enseñaban cosas, por ejemplo si necesitabas saber de medicina la escuela te proporcionaba un curso para que supieras lo básico de medicina y si te gustaba y querías especializarte en eso tenías que viajar a la ciudad en la que se encontrara la escuela de medicina. Yo había ido a varias escuelas, tenía la especialidad de medicina, botánica y artes.
-Tsubaki, qué lenta eres vamos a llegar tarde
-Tranquila nos quedan 20 minutos y la escuela está a 10 de aquí
-Ese no es el punto, hay que llegar temprano para agarrar buenos asientos
Lili simepre se emosionaba con la escuela, yo la verdad, luego de tres especialidades ya no tenia ganas de estudiar más, pero Lili no lo veía así, ella tenía cinco especialidades; podía hacer ropa con casi cualquier cosa, era médico al igual que yo, botánica, estilista y músico; y ahora, no tengo idea de como, me convenció para que estudiáramos magia.
La magia era algo que no todos podían hacer, era extremadamente difícil y muy pocos lograban graduarse como magos, bueno en realidad mago era el título más alto, nosotros nos graduábamos como hechiceros, si queríamos ser magos necesitábamos pasar por un examen.
-¡Oh!, mira cuánta gente hay Tsubaki, ¿no es grandioso?
-Sí como digas
-Qué amargada eres
Debo reconocer que la idea de entrar a una escuela de magia no me emocionaba, pensé que mi mamá se negaría en cuanto se lo dijera, pero me equivoqué, ella realmente me apoyó ; luego pensé que si se lo decía a mi padre sí se negaría, pero también me equivoqué.
-Tsubaki date prisa, todos están entrando
-Tranquila Lli, ya voy
Siempre era igual, Lili siempre estaba de buen humor y yo, bueno yo gneralmente estaba "inexpresiva".
Lili no paraba de sonreír y de decirme lo emocionada que estaba, creo que era por eso que la mayoría de los chicos se fijaban en ella, o tal vez era por ser rubia de ojos verdes y tenía un cuerpo asombros, hombre... algo que nunca llegaré a comprender del todo; por el contrario de Lili estaba yo, mientras Lili media 1.70 m yo medía 1.62 m de alto, mi cabello era negro, y mi cuerpo, mi cuerpo era pues la verdad estaba bien proporcionada aunque mis pechos eran más grandes que los de Lili, mucho más grandes. La mayoría de los hombres que me hablaban lo hacían únicamente para poder estar cerca de mi pechos, aunque otros lo hacían para poder "verme mejor" a los ojos, no es que no me la segunda opción, es sólo que nadie más en la viña tenía ese color de ojos, los doctores les dijeron a mis padres que probablemente fuera una distorción de mi ADN, claro que luego de graduarme de medicina me hice varios estudios para comprobar el veredicto que habían hecho hace 10 años, y como era de esperar no había nada malo con mi ADN.
Todos los días iba con Lili a "la escuela", así era como nuestros ancestros la llamaban. Era un lugar donde te enseñaban cosas, por ejemplo si necesitabas saber de medicina la escuela te proporcionaba un curso para que supieras lo básico de medicina y si te gustaba y querías especializarte en eso tenías que viajar a la ciudad en la que se encontrara la escuela de medicina. Yo había ido a varias escuelas, tenía la especialidad de medicina, botánica y artes.
-Tsubaki, qué lenta eres vamos a llegar tarde
-Tranquila nos quedan 20 minutos y la escuela está a 10 de aquí
-Ese no es el punto, hay que llegar temprano para agarrar buenos asientos
Lili simepre se emosionaba con la escuela, yo la verdad, luego de tres especialidades ya no tenia ganas de estudiar más, pero Lili no lo veía así, ella tenía cinco especialidades; podía hacer ropa con casi cualquier cosa, era médico al igual que yo, botánica, estilista y músico; y ahora, no tengo idea de como, me convenció para que estudiáramos magia.
La magia era algo que no todos podían hacer, era extremadamente difícil y muy pocos lograban graduarse como magos, bueno en realidad mago era el título más alto, nosotros nos graduábamos como hechiceros, si queríamos ser magos necesitábamos pasar por un examen.
-¡Oh!, mira cuánta gente hay Tsubaki, ¿no es grandioso?
-Sí como digas
-Qué amargada eres
Debo reconocer que la idea de entrar a una escuela de magia no me emocionaba, pensé que mi mamá se negaría en cuanto se lo dijera, pero me equivoqué, ella realmente me apoyó ; luego pensé que si se lo decía a mi padre sí se negaría, pero también me equivoqué.
-Tsubaki date prisa, todos están entrando
-Tranquila Lli, ya voy
Siempre era igual, Lili siempre estaba de buen humor y yo, bueno yo gneralmente estaba "inexpresiva".
Lili no paraba de sonreír y de decirme lo emocionada que estaba, creo que era por eso que la mayoría de los chicos se fijaban en ella, o tal vez era por ser rubia de ojos verdes y tenía un cuerpo asombros, hombre... algo que nunca llegaré a comprender del todo; por el contrario de Lili estaba yo, mientras Lili media 1.70 m yo medía 1.62 m de alto, mi cabello era negro, y mi cuerpo, mi cuerpo era pues la verdad estaba bien proporcionada aunque mis pechos eran más grandes que los de Lili, mucho más grandes. La mayoría de los hombres que me hablaban lo hacían únicamente para poder estar cerca de mi pechos, aunque otros lo hacían para poder "verme mejor" a los ojos, no es que no me la segunda opción, es sólo que nadie más en la viña tenía ese color de ojos, los doctores les dijeron a mis padres que probablemente fuera una distorción de mi ADN, claro que luego de graduarme de medicina me hice varios estudios para comprobar el veredicto que habían hecho hace 10 años, y como era de esperar no había nada malo con mi ADN.
lunes, 19 de septiembre de 2011
memorias perdidas part 1
-Pensé que perdería si mostraba mi tristeza.
Perdóname debí estar a tu lado hasta el final,pero no pude.-
-¡Corre!, ¡qué haces, vete antes de que te atrape a ti también, corre tsubaki, corre!- El dolor en mi pecho era muy fuerte, estaba bañada en sudor; mis gritos me despertaron. Era la primera vez luego de 10 años que volvía a tener esa pesadilla, no podía ver la cara de la mujer qu me gritaba; lo único que lograba ver era el río de sangre que provenía de ella,
-¿Qué pasa cariño, te encuentras bien?
Esa era la voz de mi madre, había pasado bastante tiempo desde la última vez que la ví con semejante cara de angustia. No importaba, la pesadilla se había ido, aunque no estaba segura de poder dormir sola otravez por el resto de la noche.
- Hacía tiempo que no la tenías, ¿te sientes bien?
- sí, no te epreocupes
Mamá se quedo conmigo el resto de la noche, lo cual agradecí ya que de no haber sido así me hubiera quedado despierta todo lo que restaba de la noche. Cuando tenía ocho años solía tener estas pesadillas, aunque hace ya 10 años de eso.
Perdóname debí estar a tu lado hasta el final,pero no pude.-
-¡Corre!, ¡qué haces, vete antes de que te atrape a ti también, corre tsubaki, corre!- El dolor en mi pecho era muy fuerte, estaba bañada en sudor; mis gritos me despertaron. Era la primera vez luego de 10 años que volvía a tener esa pesadilla, no podía ver la cara de la mujer qu me gritaba; lo único que lograba ver era el río de sangre que provenía de ella,
-¿Qué pasa cariño, te encuentras bien?
Esa era la voz de mi madre, había pasado bastante tiempo desde la última vez que la ví con semejante cara de angustia. No importaba, la pesadilla se había ido, aunque no estaba segura de poder dormir sola otravez por el resto de la noche.
- Hacía tiempo que no la tenías, ¿te sientes bien?
- sí, no te epreocupes
Mamá se quedo conmigo el resto de la noche, lo cual agradecí ya que de no haber sido así me hubiera quedado despierta todo lo que restaba de la noche. Cuando tenía ocho años solía tener estas pesadillas, aunque hace ya 10 años de eso.
domingo, 18 de septiembre de 2011
Creí haberte visto desde la ventana de mi habitación, y al igual que creí haberte visto, creí haberte sentido.
No necesito que estés ahí para mí, no necesito que me cuides todo el tiempo, no necesito que hables por mí, que actúes por mí, que respires por mí, que veas por mí, que actúes por mí.
Dónde fue la última vez que te ví, cuándo fue la última vez que nos besamos. Todo parece tan lejano, y aún pareciendome todo tan lejano puedo sentir el calor de tus labios sobre los míos, el olor de tu pelo, la estructura de tu cuerpo. No tengo las fuerzas para admmitir que te extraño, que te necesito; extraño tu forma de verme, tu manera de abrazar, tu risa, extraño el sabor de tus besos, y también extraño esa amorosa malicia que nos rodeaba cada vez que nos hacíamos uno, pero no puedo decirlo, no puedo expresarlo, no puedo.
No necesito que estés ahí para mí, no necesito que me cuides todo el tiempo, no necesito que hables por mí, que actúes por mí, que respires por mí, que veas por mí, que actúes por mí.
Dónde fue la última vez que te ví, cuándo fue la última vez que nos besamos. Todo parece tan lejano, y aún pareciendome todo tan lejano puedo sentir el calor de tus labios sobre los míos, el olor de tu pelo, la estructura de tu cuerpo. No tengo las fuerzas para admmitir que te extraño, que te necesito; extraño tu forma de verme, tu manera de abrazar, tu risa, extraño el sabor de tus besos, y también extraño esa amorosa malicia que nos rodeaba cada vez que nos hacíamos uno, pero no puedo decirlo, no puedo expresarlo, no puedo.
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