Creí haberte visto desde la ventana de mi habitación, y al igual que creí haberte visto, creí haberte sentido.
No necesito que estés ahí para mí, no necesito que me cuides todo el tiempo, no necesito que hables por mí, que actúes por mí, que respires por mí, que veas por mí, que actúes por mí.
Dónde fue la última vez que te ví, cuándo fue la última vez que nos besamos. Todo parece tan lejano, y aún pareciendome todo tan lejano puedo sentir el calor de tus labios sobre los míos, el olor de tu pelo, la estructura de tu cuerpo. No tengo las fuerzas para admmitir que te extraño, que te necesito; extraño tu forma de verme, tu manera de abrazar, tu risa, extraño el sabor de tus besos, y también extraño esa amorosa malicia que nos rodeaba cada vez que nos hacíamos uno, pero no puedo decirlo, no puedo expresarlo, no puedo.
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