-Tsubaki, mira...
-¿Qué sucede?
-El chico de allá no para de observarte
-No digas tonterías Lili, mejor apurémonos
Lo admito me pongo muy nerviosa cuando se trata de hombres, aunque sólo me hallan tocado idiotas hasta ahora, no significa que no valla a encontrar al indicado.
Empezamos a subir por unas escaleras realmente grandes, jamás en la vida había visto tantas escaleras, bueno tal vez en la biblioteca; pero algo si era seguro, las de la biblioteca estaban apoyadas a la pared y estas no; las escaleras se alzaban desde el centro del salón en un espiral ascendente hacia el techo del edificio y a la cuales me era imposible de ver el final.
-Oh vamos, creí que habrían más escaleras
Casi me da un infarto al oír a Lili decir eso, estaba claro que algo andaba mal con su vista, cómo se atrecía a decir aquello teniendo en frente aquel monumental montón de escaleras.
-Sabes Tsubaki, me contaron que estas escaleras tienen un encantamiento, y sólo aquellos que poseen el don de hacer magia pueden verla completa
Eso era algo que no esperaba, me estaba diciendo que yo sí tenía el don de hacer magia.
-¿Lili, tú puedes verlas?
-No, sólo veo la mitad de ellas, ¿y tú?
-Yo sí, y son enormes, ni siquiera logro verles el final
Lili simplemente me observó atónita a lo que acaba de decir y luego añadió:
-Sabías que las únicas personas que las han descrito de esa manera son los cuatro grandes magos
-No, no lo sabía
Y era cierto, no tenía idea de nada que tuviera que ver con magia.
-Dime Lili, vas a entrar conmigo, ¿cierto?, sólo vine porque tú etarías conmigo tomando el curso
-No lo sé Tsubaki, me costará más trabajo que a tí
-Por favor Lili lo prometiste; si tu no entras conmigo al curso entonces yo tampoco lo tomaré
Y claro que no lo haría ya que no importaba en lo más mínimo la magia, almenos no como a Lili.
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